Publicada
en septiembre de 2012 y galardonada con el premio Goncourt des
Lycéens, el Gran Premio de Novela de la Academia Francesa y el
Premio Lire a la mejor novela en lengua francesa La
verdad sobre el caso Harry Quebert
es la segunda novela del jovencísimo escritor suizo Joël Dicker.
Tras
el éxito de su primera novela el escritor Marcus Goldman se
encuentra bloqueado por el síndrome de la página en blanco. Tras
varios meses infructuosos decide ponerse en contacto con la única
persona que puede ayudarle: Harry Quebert, un famoso escritor
estadounidense y su antiguo profesor de literatura en la Universidad.
Con la esperanza de encontrar la inspiración perdida se traslada a
vivir de manera temporal a la casa que Quebert tiene en Aurora, New
Hampshire. Allí descubre de manera casual la extraña relación que
su mentor había mantenido con Nola Kellergan en el pasado, una joven
de 15 años desparecida en agosto de 1975. A los pocos días, cuando
Marcus regresa a Nueva York, Harry Quebert es detenido acusado de
secuestro y asesinato.
A
partir de este momento comienza una historia de investigación por
parte de la policía y por parte del propio Marcus, que busca a toda
costa demostrar la inocencia de su amigo y mentor. Pero su
investigación se ve condicionada por un misterioso mensaje
amenazante que se repite en pequeñas notas escritas a ordenador:
“Vuelve a tu casa, Goldman” ¿Quién está detrás de estas
misivas? ¿Alguien a quien no le interesa que se siga husmeando
treinta y tres años después? ¿Tal vez el verdadero asesino?
A
lo largo de la investigación Marcus se encuentra con todo tipo de
testimonios, algunos de los cuales no dejan muy bien parado a Harry.
Tal es el caso de Tamara Quinn, una anciana que odia sin
contemplaciones a Harry convirtiendo en propio el despecho de su
hija.
Aunque
el argumento resulta interesante desde un principio y engancha a cada
capítulo que pasa, parece un tanto inverosímil el hecho de que
Marcus, sin tener ningún tipo de relación con la policía se
dedique a investigar el caso por su cuenta, y no sólo eso, sino que
además de vez en cuando recurre a la propia policía o al abogado
defensor de Harry para ponerlos al corriente de sus investigaciones.
La
historia está contada a través de 31 capítulos que van en orden
decreciente, como si quisieran marcar una cuenta atrás y empiezan
con pequeños fragmentos de diálogos entre Marcus y Harry, en
ocasiones simples reflexiones que funcionan como consejos para llegar
a ser un buen escritor, directrices a las que se les da un papel
principal en la narrativa de cada capítulo. Además, están contados
a partir de tres momentos importantes para el desarrollo de la
narración: 1975, el año de la desaparición de Nola; 1998, año en
que Marcus entra en la Universidad y conoce a Harry; y 2008, año en
el que se encuentra el cadáver de Nola y Harry es detenido. Como
recurso narrativo cabe destacar además el empleo de fragmentos de la
famosa novela de Harry Quebert El
origen del mal, a la
que se hace una referencia constante en el libro.
Del
mismo modo, la novela está dividida en tres partes. La primera hace
referencia a los últimos meses de Nola antes de su desaparición, de
cómo conoce a Harry y se enamora de él y de cómo discurre su vida
en Aurora. La segunda parte de la investigación policial que se
desarrolla a partir de la desaparición de la joven. La tercera hace
referencia a la resolución del caso y de qué manera influye en
Marcus y en todos los habitantes de Aurora.
La
relación entre Harry y Nola recuerda irremediablemente a ese
profesor Humbert Humbert al que Vladimir Nabokov hizo perder la razón
por una jovencísima Lolita. En este sentido es evidente también la
licencia estilística que se toma en comparación con el primer
párrafo de la novela de Nabokov: la repetición del nombre de la
persona objeto de deseo, cada letra, cada sílaba, como paladeándola
para impedir perder cualquier tipo de matiz.
El
narrador omnipresente hace que en todo momento sepamos los
pensamientos de cada uno de los personajes, lo que da una perspectiva
mayor a la trama y una visión más ampliada de su psicología.
Sin
duda, son los tres personajes principales los que experimentan una
mayor evolución a lo largo de la narración. Nola comienza siendo
una niña ingenua de 15 años llena de fantasías de adolescente y
sin llegar a hacerse mayor su personaje va madurando hasta el punto
de llegar a ver en ella aspectos que difícilmente podrían ser
propios de una chica de su edad, sino de un adulto. Los distintos
testimonios retratan a un Harry solitario concentrado en su profesión
de escritor, pero a medida que pasan las páginas nos encontramos
ante un hombre que trata de escapar de un amor imposible, un hombre
atormentado por la circunstancias pero con un fondo tierno y
sensible. Finalmente, Marcus se muestra como alguien incapaz de
enfrentarse a un fracaso, que sólo acomete cosas que sabe que va a
poder hacer, casi sin arriesgar nada. No es más que un escritor
novel venido a más que buscando inspiración se ve envuelto en un
complejo caso de secuestro y asesinato, lo que hace que sus actos
sean más humanos, más enfocados a la defensa de su amigo que a
solventar su extrema situación profesional. De hecho parece evidente
un cierto paralelismo entre los dos personajes masculinos, es como si
Marcus repitiera en cierto sentido la vida de Harry 30 años más
tarde, algo que quizá los una más que una mera relación
profesor-alumno.
La
verdad sobre el caso Harry Quebert puede analizarse como un fiel
retrato del ser humano, de sus más bajos instintos, de cómo actúa
en situaciones límite y cuáles son los mecanismos de defensa a los
que recurre, de cómo se mueve por su propio interés incluso
acusando sin pruebas de los crímenes más terribles, de cómo hace
daño sin pudor ni compasión, de cómo es egoísta, perverso,
envidioso y mediocre, y de cómo autocastiga su alma atormentada. El
amor está tratado desde la prohibición y el conformismo, los
personajes engañan, son engañados y se ven constantemente juzgados
desde la moral más puritana e hipócrita.
A
lo largo de toda la novela subyace una dura crítica a la sociedad
norteamericana y al mundo editorial en general, a cómo en ocasiones
lo único que se busca es carnaza que garantice un mayor número de
ventas.
Aunque
la narración es bastante ágil y la gran cantidad de flashbacks
están bien estructurados sí es cierto que lo verdaderamente
interesante se encuentra al principio y al final, el medio se pierde
un poco en repeticiones e investigaciones que llevan demasiado
tiempo, lo que hace que el verdadero final se precipite en el último
capítulo. Este final no fue personalmente algo predecible, ya que a
través de engaños el autor nos hace creer una cosa y en la hoja
siguiente la contraria hasta el punto de que el lector no es
consciente de cuál es la verdad hasta el mismo final, algo que por
otra parte es lo que se presupone en un buen libro.