domingo, 9 de febrero de 2014

La historia de Kvothe: días uno y dos


El nombre del viento, primera novela del escritor estadounidense Patrick Rothfuss, vio la luz el 27 de marzo del año 2007 y supuso el comienzo de la trilogía Crónica del asesino de reyes.




A lo largo de sus más de 800 páginas, Rothfuss nos introduce en un mundo inventado en el que conviven realidad y fantasía y cuyo protagonista se llama Kvothe. Todo el mundo conoce a Kvothe, corren rumores sobre si es un héroe, un asesino o si simplemente no existe y son muchos los nombres que a lo largo de los años se han ido añadiendo a la lista: el Sin Sangre, el Arcano, el Asesino de Reyes,...





Pero la historia comienza una noche en la posada Roca de Guía, donde aparece un hombre ensangrentado y en estado de shock. Lleva entre sus manos un bulto, un demonio sin ojos ni boca pero con forma de araña: un escral, al que tan sólo puede combatirse con hierro y enterrándolo una vez muerto. La preocupación flota en el ambiente, en el pueblo sólo se cuentan historias pero siempre ocurren muy lejos de allí.

El posadero se hace llamar Kote en un intento por ocultar su verdadera identidad, pero Devan Lochees, un conocido Cronista, lo reconoce y consigue convencerlo para que le cuente su verdadera historia. Tras un momento de indecisión, la única condición que pone Kvothe es que contará su historia en tres días, ni uno más ni uno menos.

La verdadera historia de Kvothe empieza siendo muy niño como integrante de una troupe de artistas itinerantes, los Edena Ruh, que se ganan la vida organizando espectáculos de música, magia y acrobacias en pueblos y ciudades. En este ambiente Kvothe comienza a experimentar sus aptitudes artísticas hasta que conoce al viejo Abenthy quien guiará sus primeros pasos en la búsqueda del nombre del viento y demás fuerzas de la mente y la naturaleza.

Siendo todavía muy pequeño, un terrible suceso convulsiona por completo su existencia: los Chandrian, demonios antiguos y misteriosos, asesinan a todos los miembros de su troupe. A partir de este momento va creciendo cada vez más un deseo de venganza que sólo podrá mitigarse mediante la búsqueda de respuestas, lo que lo llevará a mendigar, robar e incluso entrar en la Universidad.




Catalogada dentro del género de fantasía, en un primer momento podría establecerse una conexión con otras famosas novelas fantásticas por todo el mundo conocidas, aunque esa conexión no vaya más allá de la recreación de un mundo irreal, ya que ni el tratamiento de los personajes, ni su evolución ni, por supuesto, su complejidad se asemejan a lo escrito por Tolkien o R. R. Martin.

Así, nos encontramos ante una lectura ágil donde no hay un número excesivo de personajes que vuelva complicado recordar relaciones de parentesco o multitud de guerras históricas. Los escenarios y personas se describen como seres reales pero están rodeados por otros muchos animales, demonios, hadas y sobre todo fuerzas de la naturaleza y de la mente completamente irreales. La descripción de las localizaciones, los personajes, las indumentarias o las costumbres hacen que el lector se imagine un mundo con una estética medieval. En este contexto son curiosos además los datos relacionados con las monedas empleadas, las medidas espacio-temporales o los distintos lenguajes.

Resulta muy interesante el retrato que se hace del personaje principal, ya que esta mezcla de realidad y fantasía se ve también en su propia personalidad, como por ejemplo cómo es capaz de evadirse de determinadas situaciones vinculando elementos que cambian hasta cierto punto su significado.

Personalmente creo que en toda la novela hay una trasfondo psicológico bastante fuerte. Se parte de la representación de un personaje que reúne, debido a las circunstancias, las características propias de una persona diferente y por ello inadaptada: demasiado inteligente y demasiado desgraciado. Cada dificultad a la que se enfrenta trata de racionalizarla al máximo hasta descubrir que la solución siempre ha estado consigo, que tan sólo debe mirarse a sí mismo para encontrarla. En este sentido, la estancia de Kvothe en la Universidad puede describirse como un gran puzzle formado por un montón de puzzles más pequeños: cada situación o adversidad es una especie de juego mental que tiene que solucionar.

La novela cuenta además con un gran trasfondo mitológico y religioso donde son evidentes las alusiones a determinados pasajes de la Biblia: Perial se queda embarazada de Tehlu y da a luz al hijo de Dios que a su vez es el propio Tehlu, una triple negación tal y como ocurrió con Pedro, etc.

La presentación del libro, en la que se cuentan pasajes de la vida de Kvothe que no ocurren en el primer volumen, hace que no sólo enganche capítulo a capítulo sino que incluso esto ocurre entre los dos libros.




El 1 de marzo del año 2011 se publicó la segunda parte de la trilogía: El temor de un hombre sabio. Esta segunda parte sigue más o menos la misma estructura que la anterior y conserva esa narración ágil que engancha.

Quizá encontremos un mayor número de descripciones de algunos de los personajes que rodean al protagonista, ésos que antes formaban parte de su día a día en un plano inferior pero que poco a poco van adquiriendo un mayor protagonismo. Tal es el caso de Auri y Sim, sus dos mejores amigos, muy alejados el uno del otro pero que son capaces de rellenar las carencias que presenta el protagonista.

En este segundo libro se retoma, de manera más intensa, la búsqueda por parte del protagonista de los asesinos de sus padres, algo que en la primera parte había quedado solapado por la gran cantidad de anécdotas. En la primera parte da la sensación de que todo lo que cuenta está relacionado con cómo fue su vida y con cómo logró sobrevivir hasta llegar a la Universidad, mientras que en la segunda parte todas las historias y anécdotas están encaminadas a la búsqueda de los Chandrian.

En esta ocasión Kvothe abandona la Universidad por un tiempo para instalarse en la corte de Vintas, donde tiene que fingir ser quien no es, en definitiva, un noble de alto rango. Esto supone un respiro para el lector ya que todo el tiempo que pasa hablando de la Universidad y lo que allí le ocurre se hace demasiado largo y repetitivo: sus desencuentros con Denna (una relación extraña que no llega a cuajar y que siempre supone una desilusión), las visitas a las tabernas, los desencuentros con Ambrose, etc.

En este segundo libro se aprecia una clara evolución psicológica del personaje, ya no sólo en cuanto a madurez propia de la edad sino a que poco a poco las circunstancias que le rodean lo van envolviendo en un halo de oscuridad y secretismo, lo que provoca situaciones imprevisibles para la figura del joven Kvothe.

El final deja abierto el desarrollo de una nueva trama, esta vez en el tiempo real, en los tres días en que Kvothe cuenta su historia.


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